Ben Gibbard, fundador y cantante de Death Cab for Cutie, ha confesado sentirse muy feliz con el nuevo disco del cuarteto americano, que saldrá a la luz la primavera del año que viene. "Estoy tan orgulloso de este álbum que a estas alturas me daría igual que a la gente no le gustara", ha declarado, aunque esperamos que no sea el caso.
Death Cab for Cutie son todo un icono de la música indie y en unos meses esto se podrá comprobar en su séptimo álbum, que contará con una base musical muy distinta a la de su anterior trabajo, Narrow Stairs (2008). "Hemos empleado teclados vintage y trabajado con esa paleta. No hemos añadido guitarras por que es lo que la gente espera", ha declarado el líder y fundador de la banda.
El nuevo álbum, que todavía no tiene nombre, se grabó en dos semanas entre Los Ángeles, Vancouver, San Francisco y Seattle, casi en un tiempo récord que refleja una nueva etapa de madurez de los miembros de la banda. "Todos estamos entrando en una fase en la que la familia es muy importante, y pasarnos un mes fuera de casa no es algo que queramos hacer", ha dicho Gibbard.
La primera cita para ver el nuevo trabajo de Death Cab for Cutie en directo será el 3 de julio en los conciertos del Milton Keynes Bowl, donde actuarán de teloneros de Foo Fighters. Este será además uno de los pocos conciertos que darán, ya que Gibbard ha afirmado que no tienen pensado realizar una gira extensa. "Prefiero poder realizar un álbum al año a partir de ahora antes que involucrarme en una tour de siete meses", ha dicho Gibbard. Esperemos que España sea uno de sus destinos.
Ms P
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