Pau a la trompeta y Edu entre la bruma |
El duo barcelonés Za! se teletransportó hasta tierras belgas para deleitarnos con todo un ritual de ritmo y aullido en el que a Pau y Edu les faltaron brazos y sobraron fuerzas. Una actuación sorprendente que retomaba nuestras raíces más primarias y salvajes.
Los que fueran desprevenidos se debieron quedar flipados cuanto menos. Pelos de punta cuando comienza a sonar desde el fondo de Recyclart, una sala en plena estación de tren, la trompeta de Pau, que avanza hacia el escenario, dónde Edu, de rodillas en el suelo, maneja las pedaleras. Así comenzó el espectáculo de Za!, que pronto explotó con las mil voces del tema Bugamistah, Spazzfrica Ehd & Papa Dupau. Por todo lo alto.
Son sólo dos los miembros del grupo barcelonés casi inclasificable que supo multiplicarse para llenar toda la sala con el sonido de trompeta, guitarra eléctrica, cencerros, batería y la percusión más diversa. Todo combinado con las voces marcianas que se reproducían, agudizaban y creaban ecos al antojo de la banda, y que hasta se atrevieron con el francés ("Merci bien bruselois", agradeció la repetición de un eco agudo al público belga).
El público se fue metiendo poco a poco en el rollo que inundaba el escenario. Pau agitaba la melena con las piernas abiertas y Edu se dividía, pecho al aire, entre la batería y los efectos de sonido, atendiendo también al micrófono con palabras de ritual tribal a no se sabe muy bien que deidad.
El público se fue metiendo poco a poco en el rollo que inundaba el escenario. Pau agitaba la melena con las piernas abiertas y Edu se dividía, pecho al aire, entre la batería y los efectos de sonido, atendiendo también al micrófono con palabras de ritual tribal a no se sabe muy bien que deidad.
Za! convirtió la sala en su patio de juegos. El público rió cuando comenzaron a actuar a cámara lenta, de una manera muy convincente, por cierto. Y también aplaudió cuando Edu sacó de paseo a sus baquetas, golpeándolas contra amplificadores, tuberías o las paredes de toda la sala. Para finalizar el concierto, tras volver a salir por la insistencia del público, entregaron la guitarra y el micrófono al público, que pudieron así rasgar cuerdas y berrear como un Za! más.
Mucho flow, que dirían ellos, y es que cuando ves a alguien hacer lo que le gusta no puedes hacer otra cosa que disfrutarlo y pasarlo bien. Za! estarán en Valencia el 27 de enero con el I Ciclo de Rock Instrumental de Valencia, así que no nos queda otra que recomendarlo. Pero cuidado, que lo suyo puede ser contagioso.
Ms P
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