domingo, 6 de noviembre de 2011

Documento especial: ¿Qué siente un músico en su debut?



Nos ponemos en la piel de Héctor F. Sanchis, que nos cuenta en primera persona cómo fue el día que debutó con Cosidos.



DESDE EL OTRO LADO DEL ESCENARIO
Héctor F. Sanchis Arribas.


Abro los ojos, los tengo hinchados... No tenía que haber salido anoche. Quiero dormir más aunque son las doce. Fuera llueve mucho, me gusta que sea un día gris para mi primer concierto con Cosidos. Poco a poco y sin prisa, me incorporo, camino por el pasillo, cruzo la puerta del comedor y se me cae el alma a los pies: las guitarras están en el sofá, la ventana abierta y la lluvia entrando a cántaros a través de ella... El día empieza mal.

Intento ponerme positivo y me río de la ironía de la situación, el karma es muy traicionero. Como algo y me tumbo en el sofá un buen rato recordando en silencio las letras y el orden del set-list. No me siento seguro así que lo apunto en un papel y lo pego en la parte trasera de mi guitarra. Llamo a Antoni y le digo que suba ya y mientras viene decido la ropa que me apetece ponerme. Aunque es obvio que me pondré una camisa de cuadros y unas botas.

Llega Antoni y no le digo nada del percance con las guitarras. Hacemos marcha. Íñigo y Ale están viniendo de Madrid y vendrán un poco más tarde a la Minúscula con el equipo. Nosotros vamos ya. Llegamos antes de lo previsto y me doy cuenta de que todo está yendo bien y estoy menos nervioso de lo que pensaba. Tocamos un rato, calentamos las voces y las manos. Un par de cervezas después empiezan a llegar Spheniscidae con cuentagotas, también empieza a llegar gente. Yo estoy como ausente, saludo a la gente. Montamos el equipo entre todos. Prueban primero ellos. Cerramos la puerta. Probamos nosotros, conectamos la guitarra de Antoni. Funciona... Respiro hondo, no se mojó su pastilla. Probamos la mía. Silencio. Noto como la barra de nervios empieza a subir, mi guitarra no funciona. Pienso en que esta mañana no quería ni cambiar las cuerdas y ahora tendré que tocar con otra guitarra. Pero como dicen Sarna con gusto no pica... Tocaré con la Gibson de Íñigo que me hace sentir en casa.

Empiezan a tocar Spheniscidae. Estoy pendiente de su sonido. Íñigo me mira de vez en cuando, creo que no se oye, le subo el volumen de la voz. Estar pendiente hace que olvide mis nervios. Suenan bien, canturreo ‘cuando vuelvas quién te va a reconocer?’, me gusta ese verso. Me acerco a Antoni y vemos el concierto juntos, sin hablarnos, tensos. Suena la última nota y el aplauso dedicado para ellos, empieza nuestro turno.


Me siento en la silla, cojo la guitarra y me acerco el micro. Dejamos unos diez minutos para que la gente fume. Antoni me trae una cerveza, pero yo ya estoy inmóvil, nervioso y preparado para empezar. Damos las buenas noches, y empieza a sonar Inerte. Me tiemblan las manos pero consigo tocar sin problemas. Cierro los ojos y empiezo a cantar, afortunadamente no me tiembla la voz, sueno bien aunque pienso que se me va a caer la púa de las manos en cualquier momento. Creo que no volví a abrir los ojos hasta la mitad del concierto, me ayudaba a tranquilizarme, a trasportarme a ese sofá donde ensayamos día tras día el set-list. Seguimos tocando, canción tras canción. Empiezo a abrir los ojos un poco pero no consigo ver a nadie... Me da igual... Estoy tranquilo, lo estoy disfrutando y me permito alguna licencia como cantar ‘Y tus tetas al viento nada más’ y que nadie se percate excepto Antoni que me responde con una sonrisa socarrona. Tocamos un par de covers y llegamos a la parte divertida del concierto. Presentamos nuestro tema ‘Le petit Cabrón’ y la gente ya sonríe tímidamente, empezamos con ella... Es como cantar un monólogo a ritmo de Valls. No hacemos ademán de irnos y esperar un Bis, simplemente anunciamos que ahora es tiempo de Bis pero que nos ahorramos toda la parafernalia y acabamos ya. Es hora de estar en casa, presentamos nuestro pequeño homenaje a Love of Lesbian y a Spheniscidae. Se trata de la manera que tienen tres grupos tan diferentes de entender los mismos acordes. Suenan a la vez ‘Torres más altas’ (Cosidos), ‘Nuestra lucha’ (Spheniscidae) y ‘1999’ (Love of lesbian). Oigo aplausos de sorpresa, ya me siento en casa, ahora mismo estoy en mi sofá tocando, huele a mi casa, estoy tranquilo, estoy disfrutando, miro a Antoni, sé que él también... Acabamos... Es hora de presentarnos y dar las buenas noches. La gente aplaude. Nosotros sonreímos.


Me levanto y me bebo la cerveza de un trago. Estoy vacío de energía y sentimientos pero con una sonrisa en la cara. Esto acaba de empezar. 




OS dejamos con unas tomas de audio del concierto:






Mr. I



No hay comentarios:

Publicar un comentario