Iván Ferreiro. Fotografía: Alberto Calvo |
El
Sonorama vivió en su segunda jornada un
aumento de asistentes, testigos de una mezcla de sorpresas y decepciones. La
fuerte apuesta por el mundo del pop-rock español hizo que la actuación del
grupo galés Los Campesinos!, la primera actuación internacional del festival,
se viese fuera de contexto, y sus letras adolescentes nos decepcionaron.
También nos fallaron Sexy Sadie. El gran éxito recayó sobre las actuaciones de
Niños Mutantes y sobre todo del cantautor Iván Ferreiro, con quienes los
asistentes pudieron corear hasta dejarse la voz. Pero no fueron los únicos
destacados.
Da
gusto empezar con una sorpresa, y ésta vino en la jornada de ayer de la mano de
Bigott. Su cantante hizo que el folk rock de la banda
zaragozana diese de sí todo lo posible. Compartió cigarrillos con el público,
convulsionó entre canción y canción y nos sorprendió con unos cuanto menos
provocativos contoneos que le llevaron a un semi-"striptis". Incluso
se atrevió a lucir el sujetador que una fan le lanzó. Toda una inyección de
ánimo para el todavía escaso público que rondaba el recinto en su apertura.
Fue
difícil para Tachenko sorprender al público tras esta
actuación, y no lo hicieron. Así que mejor fue ir a esperar a una de las promesas
de la noche, Los Campesinos!, mientras de fondo Tachenko daban fin
al concierto con su versión del Mediterráneo de Serrat.
La
sorpresa al ver tomar a los ocho miembros de la banda galesa el escenario, con
todo su ejército de instrumentos (un violín, dos xilófonos, dos teclados,
flauta travesera y sintetizador entre otros) fue más bien efímera. Los
Campesinos! se sumieron tras la segunda canción en una actuación monótona
que como mucho hizo bailar al público durante el primer cuarto de cada canción.
Remontaron al final de la actuación, con temas esperados como You! Me!
Dancing! o The Sea is a Good Place to Think of the Future. Todo un
detalle por parte del cantante Gareth bajar del escenario e incluso saltar
la valla para cantar y bailar junto al público.
Niños Mutantes. Fotografía: A. Calvo |
Algo
decepcionados por esta actuación, muchos de los asistentes no dudaron en
mudarse al escenario Ribera para esperar el concierto de Niños Mutantes.
Así que al finalizar los galeses nos plantamos ante un escenario en el
que se respiraba expectación por todas partes. Los granadinos ya han debutado
en el Sonorama, y no tuvieron problemas en volver a conquistar al
público. Los asistentes se levantaron al grito de "son días
complicados", y aplaudieron cada canción de la banda. En una noche en la
que parece que se estilaron los clásicos de la música española, los granadinos
versionaron un Como yo te amo de Rocio Jurado. Y para despedirse, no
dudaron en subir a gente del público que les ayudase a despedirse con el tema La
Voz.
Con
esa banda sonora de fondo nos dirigimos a estrenar la Carpa Future Stars,
con la actuación de Guadalupe Plata. La carpa repleta de gente y el
ambiente cargado ofrecía el ambiente perfecto para disfrutar de la música llena
de blues y country del conjunto, que rompió la homogeneidad
musical que se vivió en las otros escenarios. La banda nos hizo sudar y bailar. Y
se agradeció.
De
vuelta al escenario Heineken, viajamos a los ochenta con Sexy Sadie, que
vuelven a los escenario tras cinco años de ausencia musical. Y de nuevo este
escenario nos decepciona. Los madrileños prepararon un repertorio que apenas
pudieron disfrutar sus más fieles seguidores, ante una amplia mayoría que tan
sólo presenció una actuación monótona, estática, y capaz de transformar
cualquier canción de rock en prácticamente una balada.
Por
suerte, el éxito llegó al escenario. Introducido por la sintonía de la 20th
Century Fox, seguida de la melodía de Expediente X (¿un guiño a su último disco Picnic
Extraterrestre?), tomó el escenario Iván Ferreiro. Directo al piano,
comenzó con Paraisos perdidos, y con ello comenzó también la verborrea en el público,
que acompañó todas y cada una de las canciones. El concierto llegó a lo más
alto con Turnedo, en la que el líder de Los Piratas pudo
prescindir prácticamente de cantar. El cantautor gallego estuvo pletórico en el
escenario, combinando su labor al piano con paseos en primera fila del
escenario, e hizo que el público se moviese con temas como Farenheit 451 o una versión exaltada de Ciudadano
A. Contó con un auditorio excepcional que según la organización rondó las
8.000 personas (Sois un montón, ¿sabéis?) y no ahorró en agradecimientos
y elogios tanto para el público como para el Sonorama.
Esta
noche le volvemos a ver junto a La Orquesta Poligonera, ese peculiar
conjunto que ha surgido de la unión entre el cantautor, Coque Malla y
los chicos de Lori Meyers. Pero no son lo único que nos apuntamos a la
agenda. La Habitación Roja, El Guincho o Supersubmarina
también llenan hoy los escenarios, y estaremos allí para contarlo.
Ms P
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