Eva Amaral durante su actuación en la clausura del Sonorama 2011. Fotografía: Alberto Calvo |
Una cosa quedó clara al finalizar la última jornada del Sonorama: Amaral supo estar a la altura. Muchos dudaban de la presencia de este grupo comercial como gran promesa en el cartel de un festival que se ha convertido en un símbolo para el pop-rock independiente español. Y más aun cuando fueron los escogidos para clausurar el Sonorama. Pero Eva Amaral, Juan Aguirre y los suyos se convirtieron en todo un acierto, y fueron lo más destacado en una jornada que contó también con las actuaciones de The Hidden Cameras o Teenage Fanclub entre otros.
El día extra con el que nos premió el Sonorama, que ha pasado de durar tres días a cuatro, causó estragos en los ánimos de los festivaleros. La despedida del festival arandino incluyó un público medio zombie, que en su mayoría prefirió disfrutar de los conciertos sentados por el suelo. Y las actuaciones acompañaron este sosiego. No emocionaron los canadienses The Hidden Cameras, aunque su cantante nos dejó con la boca abierta al grito (en un dificultoso español) de "¡Escupid al Papa! ¡Rajoy es un estúpido!". La actuación de La Bienquerida tampoco contó con la energía suficiente como para levantar al público de su asiento, con su voz monótona y melodías de verbena. La cosa pareció animarse un poco con el pop de Teenage Fanclub. Se lucieron en una consistente actuación, intercalando entre canciones divertidos comentarios en su inglés casi incomprensible de Glasgow.
Pero el público estaba esperando la actuación final de Amaral que, como en los anteriores días, se vio afectada por un retraso de casi una hora. No le importó a un público expectante que se retiró mucho antes de la actuación de Cycle para apiñarse frente al escenario Heineken, a la espera de la última actuación del festival.
Antes del esperado concierto , ocuparon las pantallas Javier Ajenjo, organizador del festival, y Nacho Vegas, para agradecer en un vídeo la asistencia al festival, pero, sobre todo, para homenajear a Pedro Sanmartín, el recientemente fallecido bajista de La Buena Vida. Un momento emotivo, con imágenes del artista comentadas de fondo. "Este Sonorama ha sido en honor a ti, y estarás siempre con nosotros", de parte de Ajenjo, y un "si pudiera volver a nacer y ser niño, desearía ser Pedro Sanmartín" en boca de Nacho Vegas.
Con las luces apagadas y el All Tomorrow's Parties de The Velvet Underground de fondo, tomaron finalmente el escenario, llenos de fuerza con el tema Kamikaze. Tanto Eva Amaral como Juan Aguirre se habían dejado ver estos días por el recinto del festival, y la energía acumulada se transformó en el escenario en una bomba de sonido. La voz de Eva sonó espectacular, más aun acompañada por todo un auditorio que se desvivió con cada tema. Enfundada en un vestido de lentejuelas verdes, hizo toda una maratón de un lado para el otro sobre el escenario, pateó el suelo, se tiró de rodillas, aulló y saltó. Y frente a ella, todos disfrutando.
Sacaron su faceta más rockera y desgarbada con los temas de su próximo nuevo álbum, Hacia lo salvaje, temas como Las puertas del infierno, con una nueva mención al Papa. "Benedicto XVI dijo una vez que el infierno existía y era eterno... No sé como serán las cosas ahí abajo, pero aquí en la Tierra las cosas aunque cueste siempre cambian". No faltaron temas ya clásicos de la banda, como Moriría por vos, Sin ti no soy nada o El Universo sobre mí. Imposible no reconocer sus pegadizos estribillos.
Sacaron su faceta más rockera y desgarbada con los temas de su próximo nuevo álbum, Hacia lo salvaje, temas como Las puertas del infierno, con una nueva mención al Papa. "Benedicto XVI dijo una vez que el infierno existía y era eterno... No sé como serán las cosas ahí abajo, pero aquí en la Tierra las cosas aunque cueste siempre cambian". No faltaron temas ya clásicos de la banda, como Moriría por vos, Sin ti no soy nada o El Universo sobre mí. Imposible no reconocer sus pegadizos estribillos.
Llegando ya al fin del concierto, armada con un reluciente megáfono, hacia saltar una vez más al público al grito de Revolución. Saltos y chillidos y un merecido aplauso final para la banda zaragozana que se ganó a pulso todo el agradecimiento del público.
Le decimos adiós al Sonorama 2011, o mejor un hasta el año que viene, mientras con un melancólico Moon River sonando de fondo abandonamos el recinto de un festival que ha estado de cine.
Ms P
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