Coque Malla durante su actuación con la Orquesta Poligonera. Foto: Alberto Calvo |
El sábado fue un día grande en el Sonorama, una cadena sin pausas de conciertazos. Empañaron algo el panorama los fallos de la organización, como el retraso de una hora en las actuaciones y los cambios a última hora del horario. Aun así aquello fue un no parar. La Habitación Roja se dejaron la piel, las Dos Bandas y Un Destino nos alucinaron y la peculiar Orquesta Poligonera, con Iván Ferreiro, Lori Meyers y Coque Malla entre otros, nos regalaron un momento histórico. Y la noche acababa de empezar.
Hola a Todo el Mundo. Foto: Alberto Calvo |
Annie B Sweet. Foto: A. Calvo |
Nos llegaba una llamada desde la otra punta del recinto. "Somos La Habitación Roja y esto es lo que hacemos" y los primeros acordes de Largometraje. Los valencianos se comieron el escenario de este festival en el que se sienten como en casa. Recurrieron a temas veteranos como Scandinavia, Nuevos Tiempos o El Eje del Mal entre otros, que el público agradeció y coreó en todo momento, mientras su cantante Jorge Martí nos invitaba a este espectaculo.
Aun no había acabado el concierto, pero nos tocaba hacer un largo viaje al lejano oeste, o eso nos hicieron creer Arizona Baby y Los Coronas, Dos Bandas y Un Destino. Aparecieron con gorros de cowboy y lazo al cuello, una y con imágenes de películas western de fondo. Todo lo necesario. Hasta invitaron al francés Kurt Savoy el "silbador" de las película de este género. Las dos bandas nos hicieron disfrutar con el riff de Satisfaction, con el Wish You Were Here de Pink Floyd o su particular interpretación de Black Sabbath. Junto a temas propios como Shiralee o The Truth. Una actuación muy grande con estos dos grupos entre los que se respira buen rollo. Y nos dejaron expectantes. "Cuando acabe el verano, antes de Navidad... Algo va a pasar. ¡Estad atentos!" nos advertía el líder pucelano de Arizona Baby.
Y llegó el turno de una de las bandas más esperadas de la noche, Supersubmarina. Todo un salto pasar de Plaza del Trigo, donde actuaron el año pasado, a liderar el escenario Heineken, aunque la marabunta de gente que pobló los pies del escenario lo justificaron. No dieron ni un descanso al público y contaron con un sonido excelente, además con la espontánea colaboración de la presentadora Cristina Pedroches. Anecdótico.
Nos paseamos una noche más por la Carpa Future Stars para oír las distorsiones de Lüger, una apuesta que nuevamente contrasta con el estilo del resto del festival, pero que contó con el respaldo de un público que se estremeció y sudó con un concierto de casi una hora en el que los temas fueron enlazados uno a uno como una canción sin fin.
De vuelta al escenario Heineken, la arena se había convertido en una auténtica pista de baile para el resto de la noche. Primero con la actuación de los franceses Rinôcérôse, que revolucionaron con su rock electrónico. Una mezcla de acordes eléctricos, chillidos agudos y bases de fondo hechas para mover los pies. Nos perdimos ya en los últimos momentos de la noche con la actuación de El Guincho, con su mezcla de pop y electrónica que se hicieron cargo de mantener en lo más alto las ganas de bailar.
Esta noche les toca el turno a Amaral, en parte polémicos, en parte esperados. También tocará ver a Idealipsticks o a los escoceses Teenage Fanclub, en la que será la última jornada del Sonorama 2011.
Ms P
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