El sábado pasado acababa en Valencia la iniciativa Budweiser Live Circuit, que ha llevado a los madrileños Hola a Todo el Mundo por ocho ciudades del país (y de manera gratuita, por si fuera poco). Ari y Álvaro nos contaron alguna que otra cosa sobre su nuevo disco, que nos depara más de una sorpresa. Una pista: ya nadie dirá que suenan a Fleet Foxes.
Este otoño
sacáis nuevo disco. ¿Qué sonido vamos a escuchar?
Ari: Pues… hemos cambiado un poco. El sonido es menos orgánico… No tiene violín, tiene menos banjo, menos acordeón, estos
instrumentos que hemos ido utilizando hasta ahora. Hay más presencia de sintetizadores, de la guitarra eléctrica, hay programaciones, baterías un
poco ochenteras.
¿Entonces nos
esperan sorpresas?
Ari: Sí, yo creo que sí… Porque si a nosotros nos
parece cambio y lo hemos vivido día a día... A la gente todavía más. La poca
gente que ha escuchado el disco sí que dice que hemos cambiado bastante.
¿Y hay tensión de
ver cómo acoge la gente ese cambio?
Ari: Más que tensión interés, porque estamos
haciendo lo que nos apetece. Lo único que podemos esperar es que les guste. Habrá
quién le deje de gustar, que se quede por el camino, y supongo que ganaremos gente que lo de antes no lo escuchaba y
esto sí…
¿Habéis encontrado
alguna nueva influencia?
Ari: Nosotros escuchamos música como cualquiera.
Escuchamos mucho y muy diferente, a la hora de componer no tenemos nada
en mente, no intentamos seguir la estela de nadie, pero las influencias
aparecen luego. Tenemos muchas, pero conscientes no demasiadas. Aún así, las
referencias serán diferentes a las de lo que hicimos anteriormente.
Álvaro: Lo mejor de eso es que luego tienes el feedback que te dicen… «Ah, pues suena a no sé qué…! »
Ari: En el primer disco nos decían que sonaban un poco
algunas canciones a Fleet Foxes, este segundo no creo que haya nadie que piense eso (risas)
¿Qué os influencia, más allá de la música?
Ari: Entra todo un poco en lo de antes. Lo de las
influencias es un poco misterioso. Cuando compones tampoco tienes en mente nada en
concreto, porque si no realmente no podrías componer. Creo que estamos abiertos
a muchas cosas visuales, estéticas, de música o de lo que sea. Y luego cuando
eso lo llevas a la práctica, a la hora de hacer un vídeo, de escribir las
letras o cualquier otra cosa, pues aparecen ahí las influencias de manera natural.
Hablando de
estética, ¿hasta qué punto esta influye en la música, la música en la estética? ¿Cómo conviven estética y contenido?
Ari: Pues yo creo que esto es parte un poco de la
vida misma. Vosotras mismas por escuchar un tipo de música vestís de una manera
determinada. Al fin y al cabo es una cosa que te sale de manera natural.
Tenemos en
común una insistencia en lo estético, no nos da igual que
por ejemplo el vídeo sea de una manera o de otra, el diseño del LP… Tenemos
unos gustos y con eso sí que somos un poco talibanes de llevarlos a rajatabla y
defenderlos. Pero vamos, yo creo que eso es un poco como cualquiera…
Álvaro: Sí, como cualquiera… Hay épocas que
hemos cuidado más el escenario, ahora es más sobrio. Ahora estamos más
centrados en lo que suena. Lo mismo luego nos da por volver a decorarlo otra
vez… Son rachas.
¿Estáis tocando ya
material nuevo?
Álvaro: Sí, vamos a tocar 5 canciones esta noche.
Ari: Sí, lo que vamos a tocar hoy es un poco más guitarrero, por llamarlo
de alguna manera. Lo otro tiene más presencia de sintetizadores. Tocar esas canciones también nos
resulta más fácil y es más compatible con lo que tenemos de antes. No son las más representativas, pero sí una muestra
del disco.
¿Volvéis a cantar
en inglés o seguís con el español?
Ari: Volvemos al inglés.
¿Algún motivo?
Ari: Pues yo creo que ha sido por comodidad,
aunque suene extraño. Al final nos sentimos más cómodos en inglés que en
español. Lo del español lo hicimos un poco porque siendo españoles y siendo nuestra lengua, siempre te queda un
poco la duda de si en español te vas a desenvolver mejor, pero después de hacerlo la verdad es que
hemos preferido volver al inglés. Estábamos más a gusto, nos sale la música
mejor, suena mejor... Yo creo que
sobre todo por tener influencias anglosajonas.
En el escenario
tenéis muy buen rollo. ¿Cómo es vuestra relación más allá del grupo?
Ari: Nos llevamos fatal (risas).
Álvaro: Es mejor que en el escenario. Yo
creo que en el escenario estamos bastante serios.
Ari: Nos conocemos desde hace muchos
años. Yo a él lo conozco desde que teníamos quince o dieciséis años. Si no te llevas bien con la gente
con la que tocas se te tiene que hacer muy duro. Vamos, lo de Gran Hermano
tiene que ser…
Álvaro: Nos llevamos muy bien desde siempre,
lo que es un plus cojonudo. Porque sales a viajar o lo que sea y
sabes que te lo vas a pasar muy bien. Está guay. Y yo creo que mucho más que
eso es durante los conciertos.
¿Impone el
escenario?
Álvaro: Sí
Ari: Sí. Siempre te pones nervioso. No importa
mucho si hay mucha gente, poca, siempre te pones nervioso
Álvaro: Sí, está el componente de la gente y
también está cómo te encuentres tú. Si te sientes inseguro, si crees que te vas
a equivocar… Todo eso va haciendo bola, y hay días que la bola es más gorda y
otros que es más pequeña, pero bola siempre hay. Y el miedo no se pierde nunca.
Porque no puedes ir a tocar como quien se levanta para ir a la oficina.
¿Qué papel tiene
lo lúdico a la hora de tocar o componer?
Ari: Pues en el momento de componer a lo mejor no
piensas demasiado en pasártelo bien, sino que es más una cuestión de encontrar
un poco un equilibro entre lo que quieres hacer y lo que haces, que compongas una
cosa con la que luego te identifiques y digas "He hecho lo que quería hacer”.
Y
una vez que consigues eso, sin querer aparece ya lo lúdico. En el momento en el
que no te identificas mucho con lo que haces empiezas a no disfrutar, a estar
un poco frustrado. Porque no es exactamente lo que quieres hacer, no encuentras
la manera de hacer lo que tienes en la cabeza.
Y ya una última
pregunta: El nuevo disco se llamará Ultraviolet
Catastrophe. ¿Es algún tipo de referencia a una mala experiencia con el
bronceado?
Álvaro: (risas) ¡No, pero podría serlo!
Ari: Es el título de un poema de Roy Tiger Milton.
Lo de Ultraviolet Catastrophe es el nombre de un fallo de la física, que en teoría funcionaba pero
al ponerlo en la práctica no. Y entonces le pusieron ese nombre, “la catástrofe
ultravioleta”.
Ms A + Ms P
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